ARTROSIS
La artrosis
es una enfermedad crónica que
afecta a las articulaciones (cartílago articular). Normalmente afecta a las manos,
las rodillas, la cadera, hombro, o la columna vertebral. La artrosis provoca
dolor, inflamación e impide que se puedan realizar con normalidad algunos
movimientos tan cotidianos como cerrar la mano, subir escaleras o caminar.
Las articulaciones son
los componentes del esqueleto que permiten la conexión entre dos huesos (como
por ejemplo el codo, la rodilla, la cadera, etc.) y, por lo tanto, el
movimiento. El cartílago es el tejido encargado de recubrir los
extremos de estos huesos y es indispensable para el buen funcionamiento de la
articulación puesto que actúa como un amortiguador.
La artrosis provoca el deterioro del cartílago articular
provocando que los huesos se vayan desgastando y aparezca el dolor. A medida que el cartílago va
desapareciendo, el hueso reacciona y crece por los lados (osteofitos)
produciendo la deformación de la articulación. Se diferencia
de la artritis en que en esta la causa es la inflamación, mientras que en la
artrosis la causa es el “desgaste” de la articulación.
Incidencia
Esta enfermedad es más frecuente en mujeres,
además según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 28 % de la población
mundial mayor de 60 años presenta artrosis. En España, esta enfermedad afecta
al 10 % de la población.
Causas
Varias causas contribuyen a la aparición y
progreso de esta enfermedad:
- Edad: Es un factor de riesgo importante. Aumenta
a partir de los 50 años.
- Genética: Puede ser también una enfermedad
hereditaria.
- Obesidad: No causa pero puede agravar las lesiones
en algunas articulaciones, debido al esfuerzo mecánico.
- Sexo: Afecta sobre todo a mujeres mayores de
50 – 55 años.
-Actividad física elevada: Los deportistas
tiene un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
- Actividad laboral: Determinados trabajos
puede provocar a largo plazo la artrosis.
Prevención
Para prevenir esta enfermedad se debe por
ejemplo: mantener una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicios de forma
moderada, no exagerada, de acuerdo a la edad y estado físico del individuo,
evitar la obesidad, evitar en lo posible deportes de contacto (o tener mayores
cuidados). En caso de ya tener la enfermedad, evitar movimientos que pudieran
causasr dolor en la articulación, pero sin llegar a inmovilizar la zona
afectada.
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